We are writing this post in Spanish this time. As the translator has some issues working its way back to English. Please try this link for the English translation. thanks!!
El contraste entre países vecinos se noto ni bien arribamos. Kota Kinabalu, capital de Sabah, Malaysia, es una pequeña ciudad bien organizada, limpia y cuidada. Lo más notable fue el transito, los autos esperan pacientemente a que te decidas a cruzar, desorientada por el estilo británico con el conductor a la derecha, y por ende, el trafico al revés. Se puede recorrer la ciudad caminando, tomando descansos de tanto en tanto en un Shopping Mall, por el aire acondicionado. Hay varios mercados abiertos, de frutas y verduras, de pescados, granja, artesanías, pero lo más interesante fue el mercado de noche con puestos de comida. Cientos de mesas se arman cada día al atardecer, frente al mar, y se desarman a la medianoche. Ahí se puede comer pescado fresco, mariscos, pollo, todo cocinado al fuego delante de tus ojos. En uno de estos puestos probamos durian, esa fruta maldita, que se supone exquisita si te sobrepones al apestoso aroma.
El siguiente destino fue la montaña Kinabalu. Dos días de trekking y montanismo cuesta arriba, con una noche de descanso y acostumbramiento a la altura en un refugio que fue construido originalmente para los exploradores británicos. La primer parte recorre el bosque tropical, con especies únicas, nativas de Borneo. La segunda parte tuvimos que ayudarnos con sogas, ya que las pendientes son muy pronunciadas y la superficie es rocosa. Llegamos a la cima antes del amanecer, que nunca se presento, estaba muy nublado. De todas maneras la vista es gloriosa.
Muy cansados, después de 5 horas cuesta abajo, con lluvia y doloridos, esperamos el ómnibus que nos llevaría a Sandakan. El ómnibus, llego y paso de largo! Mágicamente al rato paro un auto ofreciéndonos llevar a la ciudad. Resultó ser todo un personaje, ingeniero malayo, nunca salió de Sabah, soñando con viajar a Australia.
Cerca de Sandakan se encuentra el Santuario de orangutanes de Sepilok. Es un centro de rehabilitación de estos simpáticos monos que están en peligro de extinción. Allí los rescatan, se recuperan, y los devuelven a la selva.
Para tener una mejor idea de esta selva única, nos quedamos un par de días en un campamento ecológico. Allí hicimos viajes en bote donde avistamos monos, orangutanes y diferentes pájaros que se acercan a la ribera del rio. Lo más interesante fue al atardecer, ver zorros voladores migrando en grupo encima nuestro. Durante la noche hicimos una excursión a la jungla para ver ranas endémicas. Hicimos muchos amigos durante esos días, y a muchos los continuamos viendo, cruzándonos de casualidad, en los siguientes destinos. Esa es la belleza de viajar.
Y aquí estamos, recién cruzada la frontera entre Malasia e Indonesia, atascados en un pueblito donde no hay mucho para hacer, para tomar el siguiente ferry durante la mañana.
Descansando en el balcón del único hotel decente (espero) del pueblo, es el atardecer, y parece haber una competencia de Si lo sabe cante. Hay tres mezquitas cercanas y es la hora de la plegaria. Las tres tienen altavoces, parece una bolsa llena de gatos!.
Popular Posts